Transformers: La Venganza de los caídos

En su primer día de apertura la nueva entrega de Transformes ha batido un récord de taquilla que hasta el momento sostenía Harry Potter y la Órden del Fénix estrenada en el 2007. Hace dos años, esta secuela hizo su debut recaudando 44.2 millones de dólares. Transformers: La Venganza de los Caídos logró un recaudo de 60.6 millones dólares el pasado miércoles y sin haber cumplido una semana de estreno ya se acerca a la cifra de los 121 millones.

Durante el debut, esta cinta se exhibió en más de 9.700 pantallas, incluyendo 169 salas IMAX de 4,234 lugares del mundo. El recaudo alcanzado por esta secuela hace que se ubique en el segundo lugar dentro de las películas con mejor apertura, ubicándose tan solo por debajo de El Caballero Oscuro/The Dark Knight (67.2 millones).

Todas estas cifras junto a las críticas positivas que en general ha recibido, Transformers 3 se va afianciando como el Blockbuster de la temporada de verano. Sin embargo, no todo es celebración en la franquicia, pues su director Michael Bay ha expresado sus fuertes intenciones de no dirigir la tercera parte de esta saga. ¿La razón?, la responsabilidad y el gran desgaste al hacer una película como Transformers, además de señalar su deseo de producir algo diferente a sus ya acostumbradas películas cargadas de explosiciones.

SINÓPSIS: Tras la épica batalla librada en Transformers, Sam ha conseguido devolver su vida a la normalidad, y ahora mismo, su mayor reto es adaptarse a la Universidad. Pero cuando todo parece ir bien (excepto la convivencia con su prepotente compañero de habitación Leo), Sam es asaltado por visiones de extraños símbolos. Temiendo sufrir la misma demencia que amargó a su abuelo, Sam mantiene en secreto sus visiones, pero pronto volverá a verse inmerso en una gran batalla entre Autobots y Decepticons. Sin que Sam lo sepa, sólo él tiene la clave del resultado, y con la ayuda de sus amigos, sus compañeros de NEST e incluso de sus padres, Sam deberá aprender a aceptar la herencia de los Witwicky: ¡Sin sacrificio, no hay victoria!